domingo, 11 de septiembre de 2011

FIESTA GRANDE DE CANDELEDA (Ávila): A CHILLA
Ramón Lorente de la Luna

  11-9-11: Fecha para recordar en la historia de Candeleda. Este día se celebra el día grande las fiestas de tan hermosa población: la Romería de Nª Sª de Chilla.
  Ya el día anterior, sábado, habrá finalizado la novena en honor de la Santísima Virgen de Chilla, cuya devoción viene nada menos que desde el año 1300. Finalizada la novena, se habrán iniciado los grandes festejos que siempre han acompañado a tan solemnes Fiestas: cantes y bailes en la plaza Mayor, orquesta en la plaza del Castillo, y, para finalizar, el célebre “toro de fuego”.
  Bueno, eso de finalizar es un decir: a altas horas de la madrugada, la juventud “ajorrará” para el grandioso Santuario de Chilla, situado a una legua larga desde Candeleda, en lo alto de Gredos. Pero no se irán de vacio: se llevarán los “avituallamientos” necesarios para pasar el resto de la noche. Entre ellos, claro está, se incluirán todas las cortinas de las puertas candeledanas que puedan afanar, para “rebujarse” lo mejor posible bajo los grandes árboles que rodean al Santuario. Eso sí, a la mañana siguiente todas las cortinas estarán a disposición de sus dueños en la explanada de la ermita.
  Y este año, de tan señalada coincidencia histórica, podrán admirar la soberbia obra realizada en el Santuario de Chilla, para mayor gloria de la Celestial Señora. Posiblemente algunas personas echen de menos el aspecto más risueño que tenía antes la ermita: más sencilla, más blanca. Pero no se puede negar que la obra realizada ha dado al Santuario de Chilla la categoría de gran obra, de aspecto realmente imponente, de empaque. Y sólo se ha procurado remozarle la cara, dotándole de un estilo robusto que antes no tenía, pues sus pobres paredes ya mostraban los signos del paso del tiempo por ellas. En la revista “Cofrades de Candeleda 2011”, que edita la Muy Antigua y Verdadera Cofradía de la Santa Vera Cruz de Candeleda, el párroco de Candeleda, don José Ignacio, daba detallada cuenta de dichas obras y su importe.
  A las diez de la mañana habrán sido recibidos, como debe ser, por lo menos como debiera ser, nuestros hermanos peregrinos de Mejorada, de Calera, de Segurilla, de Talavera, de Madrigal, etc., etc., que también participan de la protección de la Augusta Señora de Chilla.
  Y a las doce de la mañana se habrá iniciado la procesión de la Virgen, seguida, en la frondosidad de la piedra de las apariciones, de la misa mayor. Siempre está tan abarrotada esta zona que no cabe una persona más. Y este año no habrá sido menos. Finalizada la misa, vuelta a la ermita, siempre acompañada la Virgen por los cánticos serranos y las estrofas de su bello himno. Subasta de banzos y a esperar la Vela, festividad que sigue a la Fiesta Mayor, y que se celebra con la misma alegría y boato el sábado y domingo que sigue.
  Después un rato por la explanada con los familiares y amigos y, ya despacio, bajar para Candeleda. Hace ya años, la fiesta continuaba en Chilla hasta bien caída la tarde. Ahora existe una especie de prisa para, nada más subastarse los banzos, salir corriendo para Candeleda. Se pierden así, los momentos de paz y tranquilidad inigualables, de poder admirar en este día la belleza singular de todo el entorno de Chilla, los majestuosos picos de Gredos y poder beber de sus ubérrimas y dulces aguas.
  Muchas personas, por una u otra causa, este año no hemos podido estar físicamente en Chilla; pero todos habremos estado acompañando con nuestro espíritu a la Excelsa Patrona de Gredos. Que Ella nos lo tenga en cuenta.