DICCIONARIO
CANDELEDANO
Edic. 1ª-2016
En construcción: toda
persona que lo desee puede aportar su frase o palabra para ser incluida en el
diccionario; email: rlorente90@gmail.com
Frases
A ojo de buen cubero.- Expresión empleada para indicar que el
cálculo o ejecución de una cosa, una obra, o un estudio hecho sin medida ni
referencia, está bastante aproximado. Procede de que en los antiguos reinos se
carecía de sistemas de medidas homogéneos; una de estas medidas era para fabricar
cubas y toneles para contener líquidos, que eran de madera, y se hacían una a
una por el cubero. Su capacidad venía determinada por las normas de cada reino,
incluso de cada señor feudal. Por eso el galimatías de medidas era tal que las
cubas de fabricaban un poco “a ojo de buen cubero”.
Armarse la marimorena.- La frase proviene del siglo XVI. Existía en
Madrid una taberna cuyo dueño era Alonso de Zayas, que regentaba con su esposa
María Morena, o Mari Morena. Los tribunales de la Corte archivan diversos
asuntos donde se ve implicada ella en alborotos, riñas y pendencias con
verdaderos escándalos. Por tal motivo, cuando se organiza un tumulto o pelea
escandalosa se dice que “se armó la marimorena”.
Cabeza hueca.- Se dice también cabeza vana o cabeza loca. Se
aplica a alguien cuyo comportamiento es bastante imprevisible y poco serio.
Cacho ostia s’á metio’l
bicho.- Exclamación guasona
cuando alguien se cae o se pega un porrazo.
Cada perro que se lama su
cipote.- Que cada uno atienda su
obligación o trabajo.
Dar de mano.- Finalizar un trabajo que se está haciendo.
Terminar una cosa.
Dar gato por liebre.- Siempre se ha criticado con ironía la mala
calidad de alimentos servidos en algunos restaurantes y casas de comida,
posadas, fondas, hosterías, etc. Incluso se hacían conjuros con la carne asada,
“si eres cabrito, mantente frito, si eres gato salta al plato”. Se desconfiaba
de que lo que se comía, pues era verdad que se servían gatos por liebres. Por
eso si alguien engaña maliciosamente en una venta, ofreciendo un producto de
inferior calidad con apariencia de legitimidad, se dice que “da gato por
liebre”.
Dársela con queso.- Ya en la Edad Media los vinos de La Mancha
gozaban de justa fama, y a la zona viajaban taberneros y bodegueros del país
para probar y adquirir las partidas que les interesaba. A veces el vino no era
de calidad o estaba picado, y los hábiles bodegueros manchegos al darlo a
probar acompañaban del buen queso de la tierra que con su fuerte sabor anulaba
el del vino, por lo que al confiado comprador “se la daban con queso”.
Dormirse en los
laureles.- En la
antigüedad a los emperadores y generales triunfantes, y poetas insignes, se les
solía coronar con guirnaldas hechas de hojas de laurel. Cuando alguien de
éstos, después de ascender tan alto, dejaba el esfuerzo, el trabajo y vagueaba,
se decía de él:”se durmió en los laureles”.
Echar el jañiquín
(hañiquin).- En
verano levantarse muy temprano para echar media peonada intensiva, antes de que
el calor apriete.
El gato escaldao del agua
huye.- Frase que se aplica a la
persona que por haber sufrido algún percance anterior, adopta las precauciones
precisas para evitar situaciones similares.
El que guarda halla.- Frase que indica que una persona es
previsora, ahorradora y que sabe administrarse con sus recursos.
El que venga atrás que
arree.- El que venga el último
que se dé más prisa. Proviene de que en los desfiles de los ejércitos suele
ponerse a los más bajos en la última posición. Es evidente que los primeros al
ser los más altos marcan un paso más largo, lo que obliga a los más bajos a un
gran esfuerzo para mantener la distancia. La solución militar era esa: “el que
venga atrás que arree”
Es la caraba.- Hace tiempo para calificar a alguien que era
bromista, juerguista, ocurrente, alegre y divertido se solía decir: ”es la
caraba”. Frase que al parecer proviene de cierta feria donde existía una caseta
llamada “la caraba”. Los curiosos pagaban por ver que era. Una vez el público dentro
del recinto, se exhibía una burra vieja y achacosa. Las gentes se alborotaban,
pero el dueño gritaba que no había engaño: “esta burra es la que araba, pero ya
no ara por que no puede”. La ocurrencia pasó a la historia como ”la caraba”.
Excepción que confirma la
regla.- Frase que se aplica
cuando una norma bien social, bien de cualquier materia se cumple
inexorablemente, siempre existen alguna o algunas cuestiones que no se cumplen.
Se dice entonces que esa “es la excepción que confirma la regla”. Su aplicación
inicial se hacía en el campo de las matemáticas.
Gustar el perriaque.- Se aplica a la persona que le gusta mucho el
vino.
Ir de picos pardos.- La Universidad de Salamanca, fundada en 1218,
atraía a estudiantes que calmaban su furor sexual con el fornicio, surgiendo
las mancebías, el oficio más antiguo del orbe. En la Cuaresma, a las mujeres
libertinas se las exiliaba al otro lado del río Tormes, de donde volvían en
barcas el lunes de Pascua. Regresaban alborozadas portando ramos “rameras”.
Para no confundirlas con damas de vida normal las obligaban a vestir faldas de
color marrón o pardo, con picos en las partes bajas. De aquí que cuando alguien
iba de parranda se decía “ha ido de picos pardos”.
No hay tu tía.- En tiempos pasados se utilizaba un ungüento
llamado “atutía” o “tuthía”, que curaba todos los males. Pero surgieron
enfermedades incurables, y el pueblo llano exclamaba que para ese mal “no hay
atutía”, que quedó en “no hay tu tía”, es decir, que no tenía remedio.
O.K.- (o. kei).- Un dicho de EE.UU extendido por todo el
mundo. Quiere decir “de acuerdo, perfecto, está todo bien”. Parece ser que en
la Guerra de Secesión de los EE.UU. entre 1861-1865, tras una batalla la tropa
volvía a sus cuarteles donde una gran pizarra mostraba las letras O.K. KILLED, que
indicaba “sin bajas, todo correcto”. Expresión universal para indicar que todo
está correcto, que está bien, mientras se hace un círculo con los dedos índice
y pulgar.
Olé tus guevos.- Frase dirigida a un determinado hombre que ha
hecho bien una cosa, o solucionado un problema.
Ponerse las botas.- En la antigüedad los pobres iban descalzos, o
calzaban alpargatas, mientras lo ricos llevaban botas, para distinguirse de los
menos pudientes. De ahí que cuando uno gana mucho dinero o va a asistir a una
gran comida, se le diga que “se puso las botas”, o “se va a poner las botas”.
Salir chamuscado.- Dícese de alguien que
interviene en un determinado asunto o trabajo con ánimo de mejorarlo y sacar
partido del mismo, sin conseguirlo.
Tienes más cuento que
Calleja.-
Saturnino Calleja fue un burgalés que vivió en Madrid (1853-1915). Editor (era
dueño de la editorial Calleja), pedagogo y escritor, tuvo un gran éxito a
comienzos del siglo XX en España e Iberoamérica. Prestigió a los maestros y publicó
famosos cuentos con dibujos esmerados, muy baratos. Si alguien habla mucho sin
ton ni son, adornando el hablar en exceso, se suele decir, de forma injusta claro:”tienes
más cuento que Calleja”.
¡Vete al carajo!- En lo alto del palo mayor de los barcos de
vela, existía el puesto de vigía, un medio tonel, llamado ”carajo”, dónde subía
el marinero que desempeñaba esa función. Cuando un marinero cometía alguna
falta cumplía el castigo aislado: se le ordenaba subir al carajo. Por extensión
cuando alguien quiere quitarse de encima algún pedante se le dice: ¡vete al
carajo!
Tomar las uvas.- Es tradición española que todos los años al
dar las campanadas de las 12 de la noche del 31 de diciembre de cada año (Noche
Vieja), se tomen doce uvas frescas, una al son de cada campanada. Esta
costumbre, única en el mundo, nace por motivos económicos. En la Nochebuena de
1909 los cosecheros de uva, en un alarde de imaginación, consiguieron vender el
sobrante de la temporada inventando el rito de tomar las uvas de la suerte en
la última noche del año.
Tomar el olivo.- Quitarse de en medio, ponerse a salvo,
resguardarse de algo, bien sea de hechos o actos personales, como de carácter material,
accidentes, peligros, etc. Nace de un símil taurino que equivale a que los
maletillas, cuando van de tentadero por las noches, buscan siempre la cercanía
de un olivo, por si es necesario ponerse a salvo subiéndose a él.
Uñas al guarro.- Coger al cerdo el día de la matanza. Por
extensión, meter mano a un trabajo.
Diccionario
Palabras
a)
Acho.- Chacho (muchacho).
Acurrucao.- Se dice de la persona que está muy protegida.
Generalmente se aplica a los niños. También puede tomarse por resguardarse,
hacerse un ovillo para no pasar frío.
Adifesio.- Ver farraguas.
Amo (el).- Se traduce por el dueño, el patrón.
Antaño.- El año pasado.
Adifesio.- Ver farraguas.
Añurgarse.- Atragantarse
Apopao.- Ver “acurrucao”.
Apatacajones.- Se dice a la forma de sentarse en una silla a
horcajadas. Como si estuviese cabalgando.
Apechugar.- Viene de pechar (pacto). Es la contribución o
el pago que se debe hacer a alguien. Cargar con algo, responsabilizarse,
admitir las consecuencias de un hecho: “ te dije que andases con cuidado, ahora
apechuga con ello”.
Apelmazao.- Espeso, pesado, poco fluido. “Te han salido los
roscos apelmazaos”.
Apencar.- Ver apechugar.
Aperruchar.- Quedarse alguien sin dinero. Arruinar. “Estoy
aperruchao, no tengo una perra”.
Apiparse.- (de pipa: tonel).- Atracarse de comida o
bebida.
Apoquinar.- Pagar algo que se debe. “Apoquina de una vez
que eres más roñoso que nadie”.
Aquellar.- Acordar una cosa. Llevar a cabo una acción
bien meditada y pensada.
Arrebañar.- (del latín rapineare, quitare). Rebañar.
Limpiar, recoger todo, comerse las sobras de la comida.”Arrebaña ese plato”.
Arrecio.- Tener mucho frío.
Arrejuntarse.- Unirse varias personas. Después de una
separación volver a estar juntos.
Arrepío.- Dar una vuelta como la peonza.
b)
Badahó.- Pronunciación de Badajoz.
Badajo.- Péndulo de la campana. Persona tonta o poco
espabilada.
Balumba.- Carro con excesiva carga, leña, paja, etc.,
que se cimbreaba.
Bicho.- Nombre genérico que se puede aplicar a
cualquier persona, animal o cosa.
Bocaná.- Racha de aire fuerte. Expulsar algo por boca
de forma intempestiva.
Bofe.- Pulmón de los animales, que se destina al
consumo.
Bolo.- Péndulo de la campana. Persona tonta o poco
espabilada.
c)
Bolindre.- Caca.
Cácere.- Por Cáceres
Cacharro.- Nombre genérico que se puede aplicar a
cualquier cosa.
Caer.- Por tirar algo.
Calabacera.- Morcilla cuyo principal componente es la
calabaza cocida.
Camándula.- Se dice de la persona astuta, o que actúa con
hipocresía.
Camastrón.- Persona que espera la oportunidad que le
interese para hacer o no hacer las cosas, según le conviene.
Chacho.- Familiarmente: hermano mayor. También chico,
amigo.
Chamuscar.- Quemar el pelo al cerdo en la matanza. Por
extensión quemar o tostar el pelo a alguien.
Chinchorrear.- Hablar mucho de cosas banales o de poca
importancia.
Chisme.- Cosa pequeña o baratija de poca utilidad.
Trasto.
Choto/Chota.- Ternero o ternera, hijo de la vaca. En
algunas provincias se extiende este nombre a los cabritos y corderos.
Churrasco.- Trozo de carne magra o tocino, asado en la
brasa.
Cipote.- Miembro genital del perro. Persona de poca
valía.
Cipotrado.- Revuelto abundante de comida.
Coscurro.- Trozo de pan duro
Cuartilla.- Envase ara medir cereales, o áridos. Cuarta
parte de una fanega.
d)
Desbaratar.- Ver “Esfaratar”.
e)
Enjugar.- Recoger agua vertida, quitar la humedad a
algo con un paño. Limpiar o secar las lágrimas a alguien que llora.
Entrar.- Meter.
Escaldá.- Introducir algo en una vasija que te contenga
líquido hirviendo. Se dice de la persona que actúa con prudencia por haber
sufrido antes algún contratiempo grave.
Escurraja.- Desecho, desperdicio, posos en una botella.
Se aplicaba por lo general a las actuaciones de los taberneros al aplicar las
sobras que quedaban en algunas vasijas de vino.
Escusao.- Se dice de la persona que curiosea o se
dedica a vigilar a los demás.
Esfaratar.- Derrumbar, deshacer, romper, estropear.
Estallío.- Estallido, explosión.
Estericao.- Se dice de la persona muy débil.
f)
Farraguas.- Desaliñado, descuidado, harapiento.
g)
Gamusino.- Ser supuestamente indefenso e inexistente,
que se suele cazar de noche.
Gandumbón.- Se dice de la persona que es muy tranquila.
h)
Hogaño.- Este año.
i)
Ino.- Diminutivo que se aplica a cualquier nombre o
adjetivo.
j)
Jamacuco.- Sufrir un mareo o lipotimia. Ahora se dice
también al ictus.
Jarapal.- Vuelo de la camisa en los hombres, o de las
enaguas en las mujeres. (metete los jarapales por dentro que vas hecho un
farraguas).
Jeringar.- Fastidiar, causar molestias a alguien, sufrir
un contratiempo, etc.
Jeringo.- Tipo de churro, comestible.
Jícara.- Vasija pequeña, generalmente de loza,
empleada para tomar chocolate.
Jimplao.- Harto, tiesto.
Juso.- Hierro largo con punta afilada, que calentado
al fuego de la fragua servía para abrir agujeros en la madera.
l)
Lagarto/a.- Se dice de la persona suspicaz, o que está al
tanto de todo.
m)
Manteca colorá.- Manteca de cerdo con pimentón.
Mijina.- Unidad de medida: escaso, poca cosa, nada.
Minino/a.- Diminutivo de gato. Con esta palabra se
expresa lo contrario de lo que ella misma dice. Se aplica para resaltar el
genio, las habilidades o las virtudes de alguien: “minina es la señora”.
Modorro perdío.- Estar tonto de remate.
n)
Njuta.- Delgada, seca, con poca carne.
No precavé.- No haber pensado antes las incidencias
negativas que se podían seguir de tal o cual actuación.
p)
Pamplina.- Persona meticulosa y escrupulosa. Tomar por
serias cosas insignificantes.
Patatera.- Morcilla de cerdo cuya base es la patata.
Pelliza.- Prenda de abrigo grande para el invierno, con
algún componente de cuero.
Pitera.- Agujero. También descalabramiento.
Pocilga.- Corralada para los cerdos. Por extensión,
comedero para los cerdos.
Poh tu verah.- Tu veras lo que vas a hacer. Si te parece
bien
Ponzoña.- Suciedad. Persona poco aseada.
q)
Quedá.- Dejar
r)
Rasero.- Palo cilíndrico que se pasaba por encima de
la cuartilla para dar la medida exacta.
Rin ran.- Ensalada de tomate, pimiento (que sea cornicabro),
pepino, cebolla. A esta combinación básica se le pueden añadir otros productos,
como alguna lata de conserva, pero ya no es rin ran. Su nombre deriva de la
onomatopeya de cortar con la navaja los productos citados: rin, ran.
Ripio.- Pequeñas piedras utilizadas en las
construcciones. Sobrante de obra.
s)
Sapo jinchón.- Se dice de alguien que ha comido mucho, o que
está muy gordo.
Soplón.- Tubo hueco de hierro con un pequeño agujero
en una punta utilizado para avivar el fuego.
t)
Tapina (la).- Tapón de corcho con un palo pinchado, para el
cono del vino.
Tarambana.- Se dice de alguien con escasa formalidad.
Tarugo.- Se llama al trozo de madera o pan, grueso y
corto. Persona con pocas entendederas.
Testarro.- Se dice del artilugio, móvil, estático o de
uso personal, que por su deterioro o antigüedad tiene poca utilidad.
Trastear.- Mudar trastos o chismes de un lugar a otro.
Por extensión se aplica a las personas inquietas que no dejan de hacer cosas
más o menos inútiles: “es un trasto”.
Tártago.- Se aplica a la noticia desagradable que se
recibe.
Tupa.- Hartarse de algo. Que abunda mucho.
u)
v)
Velahile.- Pronombre demostrativo o adverbio de lugar
(le ves ahí; de manera que ahí lo tienes).
Velahí.- Ver velahile. También se usa como frase de
conformidad (pues así es)