sábado, 16 de diciembre de 2023

NAVIDAD 2023

NAVIDAD 2023

Ramón Lorente De la Luna

 

  La Navidad es muy especial. Los días alrededor de Navidad y hasta pasado el día de Reyes, los tradicionales instrumentos navideños acompañarán a las voces de los más pequeños, y no tan pequeños, en los hermosos villancicos y canciones que resuenan por las calles..

  Las fiestas de Navidad son días familiares, de estar juntos, de ir de una casa a otra, donde las buenas gentes se convidan con lo que tienen.

  Son días de aguinaldo, de dar algo a los demás en estos tiempos de dificultades económicas. Las cuadrillas de pequeños  empiezan a imitar a sus mayores en el arte de tocar los instrumentos arcaicos, de allá de los primeros años del hombre. Y pedirán el aguinaldo a su manera:

Denos el aguinaldo, señora María,

denos el aguinaldo que es usted mi tía,

higos y castañas, todo lo cogemos,

y un traguillo vino también lo bebemos.

 

  Las canciones son realmente preciosas. Recuerdo algunas que se me quedaron grabadas muy hondo. En el Palacio del Ruiseñor:

1 Estando trabajando                       2 Yo la dije rubita,

en el palacio del Ruiseñor,                              si usted me quiere,

yo vide una rubita                             yo soy su amor,

muy pequeñita me enamoró,           le regalaré una cajita,

yo vide una rubita                             llenita, llenita,

muy pequeñita me enamoró.           de polvos de arroz.

 

  Aunque otras son un poco más personales. Una pelirrubita:

Una pelirrubita

me la ha plantado,

viva el amor

teniendo yo más leyes

que un abogado,

y adiós, adiós.

 

  Y no puede faltar la letra de alguna coplilla guasona. Ya sé que estás acostada:

Ya sé que estás acostada,

Con el culo a lo caliente,

mientras yo estoy en la calle

pegando diente con diente.

 

  Pero a todos, mujeres y hombres, nos traerán aquellos bellos recuerdos de nuestra infancia, y de nuestra juventud. Recordaremos aquella linda muchacha, o aquél muchacho, que desde pequeños era nuestra ilusión de cara a formar una familia, y que por razones nimias, que hoy nos avergonzarían, no pudo ser. Otros y otras si formaron una familia, hoy ya con sus hijos y nietos. Muchos seguirán viviendo en su lugar de nacimiento. Otros muchos se habrán visto obligados por la fuerza del destino, a fijar sus domicilios en otras poblaciones.

  Mas a todos, por igual, nos volverán aquellos recuerdos de nuestra infancia y de nuestra juventud, cuando juntos en cuadrilla, pedíamos el aguinaldo de casa en casa, y tocábamos por las calles nuestros básicos instrumentos musicales.

  Desde estas líneas quiero para a todas las personas que me siguen en mi blog “CofradesdeCandeleda”, y a todo el mundo, que estas entrañables Fiestas nos animen algo más el espíritu, y que tengamos fe en nuestro futuro.

  También os animamos a seguir confiando en que Dios nace en Belén para todos, incluso para los que no le esperan.

  Vaya desde estas líneas mi mejor deseo de una

 

FELIZ NAVIDAD 2023 Y VENTUROSO AÑO 2024

 

miércoles, 6 de diciembre de 2023

DICCIONARIO CANDELEDANO

DICCIONARIO CANDELEDANO

Edic. 1ª-2016

En construcción: toda persona que lo desee puede aportar su frase o palabra para ser incluida en el diccionario; email: rlorente90@gmail.com

Frases

A ojo de buen cubero.- Expresión empleada para indicar que el cálculo o ejecución de una cosa, una obra, o un estudio hecho sin medida ni referencia, está bastante aproximado. Procede de que en los antiguos reinos se carecía de sistemas de medidas homogéneos; una de estas medidas era para fabricar cubas y toneles para contener líquidos, que eran de madera, y se hacían una a una por el cubero. Su capacidad venía determinada por las normas de cada reino, incluso de cada señor feudal. Por eso el galimatías de medidas era tal que las cubas de fabricaban un poco “a ojo de buen cubero”.

Armarse la marimorena.- La frase proviene del siglo XVI. Existía en Madrid una taberna cuyo dueño era Alonso de Zayas, que regentaba con su esposa María Morena, o Mari Morena. Los tribunales de la Corte archivan diversos asuntos donde se ve implicada ella en alborotos, riñas y pendencias con verdaderos escándalos. Por tal motivo, cuando se organiza un tumulto o pelea escandalosa se dice que “se armó la marimorena”.

Cabeza hueca.- Se dice también cabeza vana o cabeza loca. Se aplica a alguien cuyo comportamiento es bastante imprevisible y poco serio.

Cacho ostia s’á metio’l bicho.- Exclamación guasona cuando alguien se cae o se pega un porrazo.

Cada perro que se lama su cipote.- Que cada uno atienda su obligación o trabajo.

Dar de mano.- Finalizar un trabajo que se está haciendo. Terminar una cosa.

Dar gato por liebre.- Siempre se ha criticado con ironía la mala calidad de alimentos servidos en algunos restaurantes y casas de comida, posadas, fondas, hosterías, etc. Incluso se hacían conjuros con la carne asada, “si eres cabrito, mantente frito, si eres gato salta al plato”. Se desconfiaba de que lo que se comía, pues era verdad que se servían gatos por liebres. Por eso si alguien engaña maliciosamente en una venta, ofreciendo un producto de inferior calidad con apariencia de legitimidad, se dice que “da gato por liebre”.

Dársela con queso.- Ya en la Edad Media los vinos de La Mancha gozaban de justa fama, y a la zona viajaban taberneros y bodegueros del país para probar y adquirir las partidas que les interesaba. A veces el vino no era de calidad o estaba picado, y los hábiles bodegueros manchegos al darlo a probar acompañaban del buen queso de la tierra que con su fuerte sabor anulaba el del vino, por lo que al confiado comprador “se la daban con queso”.

Dormirse en los laureles.- En la antigüedad a los emperadores y generales triunfantes, y poetas insignes, se les solía coronar con guirnaldas hechas de hojas de laurel. Cuando alguien de éstos, después de ascender tan alto, dejaba el esfuerzo, el trabajo y vagueaba, se decía de él:”se durmió en los laureles”.

Echar el jañiquín (hañiquin).- En verano levantarse muy temprano para echar media peonada intensiva, antes de que el calor apriete.

El gato escaldao del agua huye.- Frase que se aplica a la persona que por haber sufrido algún percance anterior, adopta las precauciones precisas para evitar situaciones similares.

El que guarda halla.- Frase que indica que una persona es previsora, ahorradora y que sabe administrarse con sus recursos.

El que venga atrás que arree.- El que venga el último que se dé más prisa. Proviene de que en los desfiles de los ejércitos suele ponerse a los más bajos en la última posición. Es evidente que los primeros al ser los más altos marcan un paso más largo, lo que obliga a los más bajos a un gran esfuerzo para mantener la distancia. La solución militar era esa: “el que venga atrás que arree”

Es la caraba.- Hace tiempo para calificar a alguien que era bromista, juerguista, ocurrente, alegre y divertido se solía decir: ”es la caraba”. Frase que al parecer proviene de cierta feria donde existía una caseta llamada “la caraba”. Los curiosos pagaban por ver que era. Una vez el público dentro del recinto, se exhibía una burra vieja y achacosa. Las gentes se alborotaban, pero el dueño gritaba que no había engaño: “esta burra es la que araba, pero ya no ara por que no puede”. La ocurrencia pasó a la historia como ”la caraba”.

Excepción que confirma la regla.- Frase que se aplica cuando una norma bien social, bien de cualquier materia se cumple inexorablemente, siempre existen alguna o algunas cuestiones que no se cumplen. Se dice entonces que esa “es la excepción que confirma la regla”. Su aplicación inicial se hacía en el campo de las matemáticas.

Gustar el perriaque.- Se aplica a la persona que le gusta mucho el vino.

Ir de picos pardos.- La Universidad de Salamanca, fundada en 1218, atraía a estudiantes que calmaban su furor sexual con el fornicio, surgiendo las mancebías, el oficio más antiguo del orbe. En la Cuaresma, a las mujeres libertinas se las exiliaba al otro lado del río Tormes, de donde volvían en barcas el lunes de Pascua. Regresaban alborozadas portando ramos “rameras”. Para no confundirlas con damas de vida normal las obligaban a vestir faldas de color marrón o pardo, con picos en las partes bajas. De aquí que cuando alguien iba de parranda se decía “ha ido de picos pardos”.

No hay tu tía.- En tiempos pasados se utilizaba un ungüento llamado “atutía” o “tuthía”, que curaba todos los males. Pero surgieron enfermedades incurables, y el pueblo llano exclamaba que para ese mal “no hay atutía”, que quedó en “no hay tu tía”, es decir, que no tenía remedio.

O.K.- (o. kei).- Un dicho de EE.UU extendido por todo el mundo. Quiere decir “de acuerdo, perfecto, está todo bien”. Parece ser que en la Guerra de Secesión de los EE.UU. entre 1861-1865, tras una batalla la tropa volvía a sus cuarteles donde una gran pizarra mostraba las letras O.K. KILLED, que indicaba “sin bajas, todo correcto”. Expresión universal para indicar que todo está correcto, que está bien, mientras se hace un círculo con los dedos índice y pulgar.

Olé tus guevos.- Frase dirigida a un determinado hombre que ha hecho bien una cosa, o solucionado un problema.

Ponerse las botas.- En la antigüedad los pobres iban descalzos, o calzaban alpargatas, mientras lo ricos llevaban botas, para distinguirse de los menos pudientes. De ahí que cuando uno gana mucho dinero o va a asistir a una gran comida, se le diga que “se puso las botas”, o “se va a poner las botas”.

Salir chamuscado.- Dícese de alguien que interviene en un determinado asunto o trabajo con ánimo de mejorarlo y sacar partido del mismo, sin conseguirlo.

Tienes más cuento que Calleja.- Saturnino Calleja fue un burgalés que vivió en Madrid (1853-1915). Editor (era dueño de la editorial Calleja), pedagogo y escritor, tuvo un gran éxito a comienzos del siglo XX en España e Iberoamérica. Prestigió a los maestros y publicó famosos cuentos con dibujos esmerados, muy baratos. Si alguien habla mucho sin ton ni son, adornando el hablar en exceso, se suele decir, de forma injusta claro:”tienes más cuento que Calleja”.

¡Vete al carajo!- En lo alto del palo mayor de los barcos de vela, existía el puesto de vigía, un medio tonel, llamado ”carajo”, dónde subía el marinero que desempeñaba esa función. Cuando un marinero cometía alguna falta cumplía el castigo aislado: se le ordenaba subir al carajo. Por extensión cuando alguien quiere quitarse de encima algún pedante se le dice: ¡vete al carajo!

Tomar las uvas.- Es tradición española que todos los años al dar las campanadas de las 12 de la noche del 31 de diciembre de cada año (Noche Vieja), se tomen doce uvas frescas, una al son de cada campanada. Esta costumbre, única en el mundo, nace por motivos económicos. En la Nochebuena de 1909 los cosecheros de uva, en un alarde de imaginación, consiguieron vender el sobrante de la temporada inventando el rito de tomar las uvas de la suerte en la última noche del año.

Tomar el olivo.- Quitarse de en medio, ponerse a salvo, resguardarse de algo, bien sea de hechos o actos personales, como de carácter material, accidentes, peligros, etc. Nace de un símil taurino que equivale a que los maletillas, cuando van de tentadero por las noches, buscan siempre la cercanía de un olivo, por si es necesario ponerse a salvo subiéndose a él.

Uñas al guarro.- Coger al cerdo el día de la matanza. Por extensión, meter mano a un trabajo.

 

 

Diccionario

Palabras

a)

Acho.- Chacho (muchacho).

Acurrucao.- Se dice de la persona que está muy protegida. Generalmente se aplica a los niños. También puede tomarse por resguardarse, hacerse un ovillo para no pasar frío.

Adifesio.- Ver farraguas.

Amo (el).- Se traduce por el dueño, el patrón.

Antaño.- El año pasado.

Adifesio.- Ver farraguas.

Añurgarse.- Atragantarse

Apopao.- Ver “acurrucao”.

Apatacajones.- Se dice a la forma de sentarse en una silla a horcajadas. Como si estuviese cabalgando.

Apechugar.- Viene de pechar (pacto). Es la contribución o el pago que se debe hacer a alguien. Cargar con algo, responsabilizarse, admitir las consecuencias de un hecho: “ te dije que andases con cuidado, ahora apechuga con ello”.

Apelmazao.- Espeso, pesado, poco fluido. “Te han salido los roscos apelmazaos”.

Apencar.- Ver apechugar.

Aperruchar.- Quedarse alguien sin dinero. Arruinar. “Estoy aperruchao, no tengo una perra”.

Apiparse.- (de pipa: tonel).- Atracarse de comida o bebida.

Apoquinar.- Pagar algo que se debe. “Apoquina de una vez que eres más roñoso que nadie”.

Aquellar.- Acordar una cosa. Llevar a cabo una acción bien meditada y pensada.

Arrebañar.- (del latín rapineare, quitare). Rebañar. Limpiar, recoger todo, comerse las sobras de la comida.”Arrebaña ese plato”.

Arrecio.- Tener mucho frío.

Arrejuntarse.- Unirse varias personas. Después de una separación volver a estar juntos.

Arrepío.- Dar una vuelta como la peonza.

 

b)

Badahó.- Pronunciación de Badajoz.

Badajo.- Péndulo de la campana. Persona tonta o poco espabilada.

Balumba.- Carro con excesiva carga, leña, paja, etc., que se cimbreaba.

Bicho.- Nombre genérico que se puede aplicar a cualquier persona, animal o cosa.

Bocaná.- Racha de aire fuerte. Expulsar algo por boca de forma intempestiva.

Bofe.- Pulmón de los animales, que se destina al consumo.

Bolo.- Péndulo de la campana. Persona tonta o poco espabilada.

 

c)

Bolindre.- Caca.

Cácere.- Por Cáceres

Cacharro.- Nombre genérico que se puede aplicar a cualquier cosa.

Caer.- Por tirar algo.

Calabacera.- Morcilla cuyo principal componente es la calabaza cocida.

Camándula.- Se dice de la persona astuta, o que actúa con hipocresía.

Camastrón.- Persona que espera la oportunidad que le interese para hacer o no hacer las cosas, según le conviene.

Chacho.- Familiarmente: hermano mayor. También chico, amigo.

Chamuscar.- Quemar el pelo al cerdo en la matanza. Por extensión quemar o tostar el pelo a alguien.

Chinchorrear.- Hablar mucho de cosas banales o de poca importancia.

Chisme.- Cosa pequeña o baratija de poca utilidad. Trasto.

Choto/Chota.- Ternero o ternera, hijo de la vaca. En algunas provincias se extiende este nombre a los cabritos y corderos.

Churrasco.- Trozo de carne magra o tocino, asado en la brasa.

Cipote.- Miembro genital del perro. Persona de poca valía.

Cipotrado.- Revuelto abundante de comida.

Coscurro.- Trozo de pan duro

Cuartilla.- Envase ara medir cereales, o áridos. Cuarta parte de una fanega.

 

d)

Desbaratar.- Ver “Esfaratar”.

 

e)

Enjugar.- Recoger agua vertida, quitar la humedad a algo con un paño. Limpiar o secar las lágrimas a alguien que llora.

Entrar.- Meter.

Escaldá.- Introducir algo en una vasija que te contenga líquido hirviendo. Se dice de la persona que actúa con prudencia por haber sufrido antes algún contratiempo grave.

Escurraja.- Desecho, desperdicio, posos en una botella. Se aplicaba por lo general a las actuaciones de los taberneros al aplicar las sobras que quedaban en algunas vasijas de vino.

Escusao.- Se dice de la persona que curiosea o se dedica a vigilar a los demás.

Esfaratar.- Derrumbar, deshacer, romper, estropear.

Estallío.- Estallido, explosión.

Estericao.- Se dice de la persona muy débil.

 

f)

Farraguas.- Desaliñado, descuidado, harapiento.

 

g)

Gamusino.- Ser supuestamente indefenso e inexistente, que se suele cazar de noche.

Gandumbón.- Se dice de la persona que es muy tranquila.

 

h)

Hogaño.- Este año.

 

i)

Ino.- Diminutivo que se aplica a cualquier nombre o adjetivo.

 

j)

Jamacuco.- Sufrir un mareo o lipotimia. Ahora se dice también al ictus.

Jarapal.- Vuelo de la camisa en los hombres, o de las enaguas en las mujeres. (metete los jarapales por dentro que vas hecho un farraguas).

Jeringar.- Fastidiar, causar molestias a alguien, sufrir un contratiempo, etc.

Jeringo.- Tipo de churro, comestible.

Jícara.- Vasija pequeña, generalmente de loza, empleada para tomar chocolate.

Jimplao.- Harto, tiesto.

Juso.- Hierro largo con punta afilada, que calentado al fuego de la fragua servía para abrir agujeros en la madera.

 

l)

Lagarto/a.- Se dice de la persona suspicaz, o que está al tanto de todo.

 

m)

Manteca colorá.- Manteca de cerdo con pimentón.

Mijina.- Unidad de medida: escaso, poca cosa, nada.

Minino/a.- Diminutivo de gato. Con esta palabra se expresa lo contrario de lo que ella misma dice. Se aplica para resaltar el genio, las habilidades o las virtudes de alguien: “minina es la señora”.

Modorro perdío.- Estar tonto de remate.

 

n)

Njuta.- Delgada, seca, con poca carne.

No precavé.- No haber pensado antes las incidencias negativas que se podían seguir de tal o cual actuación.

 

p)

Pamplina.- Persona meticulosa y escrupulosa. Tomar por serias cosas insignificantes.

Patatera.- Morcilla de cerdo cuya base es la patata.

Pelliza.- Prenda de abrigo grande para el invierno, con algún componente de cuero.

Pitera.- Agujero. También descalabramiento.

Pocilga.- Corralada para los cerdos. Por extensión, comedero para los cerdos.

Poh tu verah.- Tu veras lo que vas a hacer. Si te parece bien

Ponzoña.- Suciedad. Persona poco aseada.

 

q)

Quedá.- Dejar

 

r)

Rasero.- Palo cilíndrico que se pasaba por encima de la cuartilla para dar la medida exacta.

Rin ran.- Ensalada de tomate, pimiento (que sea cornicabro), pepino, cebolla. A esta combinación básica se le pueden añadir otros productos, como alguna lata de conserva, pero ya no es rin ran. Su nombre deriva de la onomatopeya de cortar con la navaja los productos citados: rin, ran.

Ripio.- Pequeñas piedras utilizadas en las construcciones. Sobrante de obra.

 

s)

Sapo jinchón.- Se dice de alguien que ha comido mucho, o que está muy gordo.

Soplón.- Tubo hueco de hierro con un pequeño agujero en una punta utilizado para avivar el fuego.

 

t)

Tapina (la).- Tapón de corcho con un palo pinchado, para el cono del vino.

Tarambana.- Se dice de alguien con escasa formalidad.

Tarugo.- Se llama al trozo de madera o pan, grueso y corto. Persona con pocas entendederas.

Testarro.- Se dice del artilugio, móvil, estático o de uso personal, que por su deterioro o antigüedad tiene poca utilidad.

Trastear.- Mudar trastos o chismes de un lugar a otro. Por extensión se aplica a las personas inquietas que no dejan de hacer cosas más o menos inútiles: “es un trasto”.

Tártago.- Se aplica a la noticia desagradable que se recibe.

Tupa.- Hartarse de algo. Que abunda mucho.

 

u)

 

v)

Velahile.- Pronombre demostrativo o adverbio de lugar (le ves ahí; de manera que ahí lo tienes).

Velahí.- Ver velahile. También se usa como frase de conformidad (pues así es)